11 Puertas que se cruzan

Te habrás dado cuenta, si tienes cierta edad, que algunas conclusiones te llevan a hacer cambios. Y que así vez, esos cambios propician la llegada de nuevas conclusiones.

El otro día hablaba con mi mitad de que podemos (los seres humanos) estar muy afianzados en una idea, y tener además la seguridad de que mañana seguiremos pensando igual. Pero me asaltó una duda, que le expuse: Si el día de mañana cambia tu situación, ¿cómo sabes que aquellas idea no perderán su solidez? Precisamente porque dejes de verlas igual.

Pasan años y un día recuerdas cosas que veías con ojos de niño, y piensas “qué inocente era”, y a veces qué pena no poder desaprender, pero esa es otra historia. Aquí lo importante es considerar matices nuevos en materias conocidas, considerar nuevas materias, o dejar de considerar las antiguas.

Estás continuamente avanzando, a nivel milimétrico, si lo quieres así. Y esos avances te pueden llevar a pensamientos diferentes, a nuevas etapas, y a dejar de lado aquellas cosas que te eran imprescindibles y que nunca habrías pensado que dejarían de interesarte, o al menos en cierta medida.

Y un día cruzas una puerta, y empiezas a verlo todo diferente. Y no te importa dejar cosas atrás, porque ya las has vivido. Has aprendido y no conservas apego hacia ellas, no esa ansiedad por estar ahí.

Es algo que comparo co la carrera musical de muchos artistas, que llega un día en que poco a poco van frenando hasta que dejan de aparecer. Los que estaban arriba y dejan de estarlo poco a poco hasta que te los encuentras en las radiofórmulas. Si no es por otros motivos, tiene que haber algo de esto, la familia, la edad, y la vida en definitiva.

Se acaba y ya está. Y siempre viene algo nuevo que llenará ese espacio, aunque su público no lo entienda.

Hasta otra.

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